lunes, 19 de octubre de 2015

¡Vamos con el primer mito!

Y ahora que ya hemos entrado en materia, empecemos a cargarnos mitos, que hoy venimos muy guerreras. Y no podíamos empezar de otra manera que con el mito por excelencia, "la porno-enfermera". Ay, la tele y los disfraces... !cuánto daño han hecho!

Porque claro, algunos llegan al hospital y la imagen que tienen de enfermería es esta:



Basta con hacer una rápida búsqueda de "disfraz de enfermera" para que nuestro amigo Google nos ilumine:


Claro está, que cuando vamos por el hospital, todos hemos visto a las enfermeras llevando una jeringuilla más grande que su propio brazo. ¿Me vais a decir que no es lo más cómodo del mundo darle puntos a alguien con un bañador tan a la moda? ¿Y qué me decís de esa falda-tutú, conjuntada con esos taconazos rojos? Creedme, si la sanidad ya es lenta, imaginaos teniendo que atender emergencias con esos zapatos... Lo que no falta en todos los disfraces es la cofia. COFIA. Voy a contaros un secreto, así entre nosotros y sin que salga de aquí, Enfermería lleva más de 20 años sin llevar cofia. Tampoco llevamos falda, y mucho menos tacones. Este es nuestro uniforme habitual, unisex, de enfermeras y enfermeros:

pantalón, camisa ancha y zuecos


En cuanto a las relaciones sentimentales en el hospital, por supuesto que existen. Médic@-enfermer@, celador-administrativ@, paciente-sanitario... Como en cualquier ámbito profesional o cotidiano; el amor y la atracción pueden surgir en cualquier momento. Pero no, un hospital no es una telenovela, y no, no vivimos dentro de una temporada infinita de Anatomía de Grey. Es nuestro lugar de trabajo, y como buenos profesionales, nuestra prioridad es vuestra atención; la salud va por delante de la ficción.



PD. Ahora enserio, en qué momento de la evolución del traje de la enfermería la gente empezó a creer que íbamos así, ¿en qué momento? Ay, si Florence Nihgtingale levantase cabeza.... 

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