Hoy, más que romper un
mito, vamos a descubriros una especie rara, que muchos creéis que no existe.
Sí, lectores, hoy vamos a hablar de ese ser popularmente invisible: el hombre
enfermero.
Siempre tendemos a
decir médico y enfermera. Antiguamente, la acción de curar se destinaba a los
hombres (brujos, curanderos), mientras que la mujer se encargaba de los
cuidados. Esto hace que las dos profesiones parezcan tan separadas por sexo,
cuando no es así. Actualmente, el número de mujeres que estudian medicina y de
hombres que se dedican a la enfermería está en aumento, porque las profesiones
no entienden de género sino de vocación y ganas. Nosotras por nuestra parte,
hablaremos indistintamente de enfermero y enfermera.
Un ejemplo lo
encontramos en el famoso creador de Enfermera Saturada, un personaje que se dio
a conocer a través de redes sociales como Twitter y Facebook, llegando a
publicar con gran éxito dos libros sobre la vida de una enfermera en el
hospital. Años después de que entrara en la vida de muchos sanitarios, su autor
dio la sorpresa revelando su identidad: era Héctor Castiñeira, un enfermero.
Aquí nos cuenta el por qué de esta iniciativa.
Vale, y ahora vamos a
por la otra parte de este mito: "todos los enfermeros son gays". Eso
es tan cierto como decir "todas las médicas son lesbianas",
"todos los altos juegan bien al baloncesto" y "todos los bajitos
juegan bien al minigolf". En pleno siglo XXI, ¿alguien puede explicarme
qué tiene que ver la profesión con la identidad sexual de una persona?
N A D A.
Hay enfermeros gays,
claro que sí, pero no son lo son por haber elegido esta profesión. Se es
homosexual o heterosexual independientemente de lo que estudies o a lo que te
dediques, así que desterremos de una vez por todas este mito.
Volveremos pronto,
mientras tanto os dejemos con el blog de este magnífico enfermero: http://www.enfermerasaturada.es/
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